Por: Andrés Domínguez, Docente Maestría en Economía Urbana y Regional – Marzo 18 de 2020
Un virus o una enfermedad zoonótica es aquella que se transmite de los animales a las personas. Desde los tiempos en los que los seres humanos empezaron a domesticar plantas y animales, el riesgo de este tipo de transmisión es latente. Actualmente los murciélagos han sido estudiados porque la evidencia los señala como hospedadores naturales de los coronavirus (CoV).
Por ejemplo, en el caso del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (Severe Acute Respiratory Syndrome, SARS), el virus estaba relacionado con el de los murciélagos de herradura (Rhinolophus spp.)
En ese caso las civetas eran los huéspedes intermedios que permiten la mutación del virus y luego se transmitió a los humanos. Los primeros casos de SARS se informaron en 2002 en China y Hong Kong. Después de esto, el virus se propagó en aproximadamente 25 países de Norteamérica, Suramérica, Europa y Asia. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se contagiaron aproximadamente 8100 personas y murieron cerca de 800 personas. El comercio de ejemplares salvajes como el de las civetas, apreciadas por su carne, representa un riesgo para la salud humana.
Una década después apareció el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (Middle East Respiratory Syndrome, MERS). Fue descubierto en Arabia Saudita en 2012 y también se encuentra relacionado con murciélagos (Pipistrellus). Estudios han revelado que las personas se infectan por contacto directo o indirecto con dromedarios infectados. En este caso la OMS reporta aproximadamente 2400 infectados y 900 muertos en 27 países. El 80% de los casos de infecciones se registraron en Arabia Saudita. Este síndrome mata entre el 30% y el 35% de los infectados.
El brote más reciente, COVID-19, con origen en la ciudad China de Wuhan, en la provincia Hubei, a mediados de diciembre, apunta a los pangolines como huéspedes intermedios antes de infectar a los humanos. Aunque en los mercados se comercializan murciélagos, serpientes, ratas, zorros, ranas, cocodrilos, salamandras, civetas, etc.
De los pangolines, apacibles animales parecidos a los osos hormigueros o a los armadillos que tienen el cuerpo cubierto de escamas, se cree que sus escamas de queratina tienen propiedades curativas. A base de escamas del pangolín, en China y Vietnam, se comercializan aproximadamente 60 productos de medicina tradicional para curar el asma, reumatismo, artritis, etc. y su carne es considerada como un manjar.[1] Datos registrados por la organización TRAFFIC muestran que se han traficado más de un millón de pangolines entre el año 2000 y el año 2013, lo que lo convierte en el mamífero más traficado del mundo. Aproximadamente, cada año, se comercian internacionalmente 20 toneladas de pangolines, enteros o por partes. Se supone que en enero del presente año el gobierno de China debía instaurar controles más severos para frenar el tráfico de esta especie y el comercio de los productos derivados de su muerte.
Según datos la OMS, a la fecha – Situation Report 57, 17 de marzo de 2020– se han producido 179111 casos de contagio y 7426 muertos causados por COVID-19. De hecho, David Navarro, de la OMS, afirmó que es probable que estas cifras apenas estén reflejando el inicio de la pandemia.[2]
Me parece, al menos inquietante, que la mayoría de las noticias que circulan dirigen el foco a las estrategias de cómo modificar la curva de contagio, o de cómo reducir el número de muertes de seres humanos sin colapsar los sistemas de salud, y los efectos económicos desatados por el crecimiento exponencial del número de casos. Sin embargo, en pocas ocasiones se menciona el origen de estos fenómenos virales, que fundamentalmente tienen que ver con la sobreexplotación económica que los seres humanos practican sobre las zonas de protección de recursos naturales y sobre la fauna silvestre.
[1] National Geographic (August 29, 2019). Pangolin scale medicines no longer covered by Chinese insurance. ANIMALS, Wildlife Watch.
[2] El Pais (17 de marzo de 2020). “No estamos en el máximo de la epidemia, sino al inicio”. Entrevista para el País de España: https://elpais.com/sociedad/2020-03-17/no-estamos-en-el-maximo-de-la-epidemia-sino-al-inicio.html