De Bogotá se dice que es una ciudad segregada, desigual, fragmentada y dividida. Esta percepción se basa en las diferencias visibles entre sectores de la ciudad (por ejemplo, entre el norte y el sur de la ciudad) en términos de condiciones de vida de sus habitantes, acceso a espacios verdes y distancia a los principales lugares de actividad (empleo, estudio, comercio).
El análisis de la segregación permite identificar las evoluciones recientes de la ciudad y reflexionar sobre su relación con las transformaciones urbanas en general. En esta entada examinamos la evolución de la segregación mediante los datos de las últimas encuestas multipropósito (2014 y 2017) que permiten analizar la situación para Bogotá y veinte municipios de su área de influencia.
Los índices de segregación que utilizamos acá miden una faceta especifica de la realidad socioespacial: la concentración (más o menos importante) de un grupo social en el espacio. Estos indicadores tienen así altos valores para los casos en los cuales un grupo se concentra en ciertos sectores de la ciudad (donde no hay miembros de otros grupos) y tienen bajos valores cuando cada grupo se reparte de manera homogénea en el espacio y comparte su localización con otros grupos.
Se habla de grupos pues es posible hacer el análisis para diferentes categorías sociales tales como las étnicas, religiosas, de clase social, de nivel de ingreso, entre otras. La segregación racial es un tema ampliamente estudiado en países como Estados Unidos donde hasta mediados del siglo XX existían medidas legales para promover la separación (Oberti & Preteceille, 2016) y también ha sido analizada para Cali (Vivas, 2017). Para el caso de Bogotá se analizará acá la segregación para grupos definidos por su nivel de ingreso, en línea con otros trabajos que analizan grupos definidos mediante características socioeconómicas (Aliaga & Alvarez, 2010; Dureau, Le Roux, & Piron, 2012; SDP, 2012).
Usando las encuestas multipropósito de 2014 y 2017 calculamos dos indicadores para estudiar la repartición de los hogares según su quintil de ingreso en las localidades y municipios cercanos a Bogotá:
- el índice de segregación de raíz cuadrada de Hutchens (que toma valores de 0 cuando los grupos analizados se reparten homogéneamente en las zonas de la ciudad y de 1 cuando el grupo examinado no comparte el lugar de residencia con otros grupos, es decir en el caso que esté completamente segregado del resto de la población),
- la composición de la población de cada zona (localidad o municipio) mediante la proporción de cada quintil en ella (que debería ser de 20% si la repartición fuera homogénea).
Estos indicadores permiten actualizar los análisis realizados con información censal que data de 2005 (Aliaga & Alvarez, 2010; Dureau, Le Roux, & Piron, 2012) y complementar el análisis de las anteriores encuestas multipropósito (SDP, 2012) que compara solo un grupo de población (los hogares en pobreza).
Los índices de segregación según quintil de ingreso en Bogotá y su área de influencia (Figura 1) confirman una tendencia observada en otros casos: la segregación es mayor para los grupos de mayores y menores ingresos y menos importante para los hogares de ingresos medios. Este resultado complementa los obtenidos por la SDP (SDP, 2012) para la pobreza -auto percibida- para la cual señalan una disminución a nivel de localidades de Bogotá entre 2003 y 2011, tendencia que parece prolongarse según la evolución del primer quintil de ingreso.
Además de esto llama la atención que los valores son significativamente mayores para el quintil con mayores ingresos. Este último resultado llama la atención en tanto contradice la percepción de que la segregación es un problema principalmente para la población pobre (concentrada en barrios populares). Nuestros resultados, sin negar la importancia de la segregación de los grupos de menores ingresos, indican que la segregación en Bogotá es principalmente elevada en los grupos de mayores ingresos, que se concentran en ciertos sectores de la ciudad y se separan de los otros sectores de la sociedad.
Figura 1
Fuente: elaboración propia a partir de EMB 2014 y 2017
Los índices de segregación entre 2014 y 2017 no muestra cambios significativos. Esto es comprensible pues tres años no son un periodo suficientemente largo para que se produzcan cambios importantes en la localización residencial de los hogares. Llama la atención, en todo caso, que los índices disminuyen para todos los quintiles (varían entre -1 y -23%) salvo el quintil 4 (para el cual en índice aumenta en 14%). Aún en un corto periodo de análisis estos cambios sirven para matizar la interpretación negativa de que la segregación es alta y se agrava en Bogotá y sus alrededores.
Las Figuras 2, 3 y 4 permiten un análisis localizado que complementa los índices (que expresan la situación para todos los sectores de la ciudad). Cada figura muestra la proporción de hogares residentes en las localidades o municipios que pertenecen al quintil 1, 3 y 5 de ingresos. Como cada quintil representa 20% de la población, estos mapas se pueden analizar comparando los sectores que tienen una proporción menor de este quintil (las dos primeras categorías de la Figura 2 y 3 y las tres primeras categorías de la Figura 4) donde este quintil está subrepresentado con los otros sectores, donde este grupo de población está sobrerrepresentado.
Los sectores con mayor población del quintil 1 (Figura 2) se ubican principalmente en el sur de Bogotá y en los municipios ubicados hacia el sur, al igual que los municipios del “segundo anillo” (Facatativá, El Rosal Subachoque, Zipaquirá, Tocancipá y Gacahancipá). Esta distribución muestra la extensión del modelo interno de segregación interno a Bogotá en su entorno inmediato pero un esquema centro-periferia a nivel más amplio.
Figura 2: Proporción de hogares del quintil 1 según localidad y municipio. 2014 y 2017
Fuente: elaboración propia a partir de EMB 2014 y 2017
Los hogares del tercer quintil (una primera aproximación a la clase media) tienen un bajo peso en la población de las localidades de Bogotá y un peso importante en la población de los municipios del oriente y el occidente de la ciudad. Esta distribución invita a matizar la dualidad norte/sur de frecuente uso en el análisis de la ciudad que debe ser complejizada con el occidente y el oriente que juegan un rol intermedio en términos espaciales y sociales.
Figura 3: Proporción de hogares del quintil 3 según localidad y municipio. 2014 y 2017
Fuente: elaboración propia a partir de EMB 2014 y 2017
En fin, la proporción de hogares del quintil superior en los municipios y localidades (Figura 4) muestra el negativo de la situación señalada para el primer quintil. Los sectores con mayor peso de los hogares de mayores ingresos son aquellos del norte de Bogotá (incluyendo también a La Candelaria) e incluyen a los municipios aledaños del nor-este (Cota y Chía).
Estos indicadores son un primer insumo pensar en los efectos (deseables o no) de esta distribución de la población. Los potenciales efectos negativos de la concentración de hogares en situación de pobreza (tales como la generación de estigmas territoriales, la menor calidad de servicios públicos y la reproducción de la pobreza mediante la falta de perspectivas de mejoría en el entorno inmediato) son más reconocidos que aquellos de la concentración de población de mayores ingresos (¿es una distribución deseable?). Las políticas públicas reconocen de manera tangencial este fenómeno, pues su orientación está más centrada en la reducción de la pobreza y la mejora en la calidad de vida que en la mejor repartición de los hogares en el espacio (orientación que parece razonable como prioridad inicial).
Si la reducción de la pobreza en Bogotá continúa avanzando al ritmo que se ha venido observando en los últimos años se puede abrir la posibilidad para explorar nuevas líneas de acción como la reducción de la segregación. Las acciones encaminadas a este objetivo deben concentrarse tanto en los sectores de concentración de hogares de bajos ingresos (favoreciendo la llegada de hogares de clase media o la permanencia de hogares residentes en el sector con movilidad social ascendente) como en sectores de ubicación de hogares de mayores ingresos (por ejemplo, mediante el desarrollo de vivienda de bajo costo).
Figura 4: Proporción de hogares del quintil 3 según localidad y municipio. 2014 y 2017
En este sentido los retos son amplios y necesitan de la articulación de la reflexión, la planeación y la gestión pública y privada. Esta es una línea de reflexión y de acción que consideramos hacen parte de las necesidades actuales de Bogotá, que ha venido mejorando sus condiciones en muchos frentes y abre así la puerta a nuevas problemáticas.
Referencias
Aliaga, L., & Alvarez, M. J. (2010). Segregación residencial en Bogotá a través del tiempo y diferentes escalas. Cambridge, MA: Lincoln Institute of Land Policy.
Dureau, F., Le Roux, G., & Piron, M. (2012, septiembre). Evolución de la intensidad y de las escalas de la segregación residencial en Bogotá: un análisis comparativo con Santiago de Chile y São Paulo. Presentado en Seminario nacional de investigación urbano-regional, Bogotá. Recuperado de http://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00745162
SDP. (2012). Segregación socioespacial en Bogotá 2011 Indicadores y medición (Bogotá Ciudad de Estadisticas Núm. 39). Recuperado de Secretaria Distrital de Planeación: http://www.sdp.gov.co/sites/default/files/dice122-boletnsegregacion-2012.pdf
Oberti, M., & Preteceille, E. (2016). La ségrégation urbaine. Paris: La Decouverte.
Vivas, H. (2017, octubre 29). Cali: un caso de progreso con lunares y con segregación etno-social persistente. Recuperado el 21 de mayo de 2019, de Razón Pública website: https://www.razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/10653-cali-un-caso-de-progreso-con-lunares-y-con-segregaci%C3%B3n-etno-social-persistente.html